Opinión personal

He amado a los perros y a los animales desde que tengo uso de razón. Nací en Ovalle y me críe hasta los 6 años en una linda casa de la calle Santiago, nuestra vecina era mi querida tía Alicia(tía de amor, no de sangre), ella no soportaba ver animalitos sufrir en la calle, así que los llevaba a su casa, los alimentaba, crecían y sobretodo los amaba... en esa casa yo era FELIZ, ya a los 2 años y medio partía para allá con mis juguetes, me dejaba langüetear por los perros, jugaba con ellos y mi tía me regaloneaba.

La distancia te hace valorar mucho mas lo que realmente es Ovalle, un lugar con aire puro de gente generosa, que sabe sonreír, lamentablemente muy diferente lo que es Santiago... viva Ovalle y su linda gente, si algún día vuelve a Ovalle visite la comuna de monte patria donde se encuentra Chañaral Alto, el cual se caracteriza por sus amplios campos de uva de exportación de excelente calidad reconocida internacionalmente, y por el otro río se puede visitar Tulahuén donde encontrara quesos cordilleranos, artesanía en lapislázuli y un sin numero de tragos riquísimos entre los que destacan el vino dulce don amable, pisco artesanal del parrón Los Pumas en Chañaral de Carén.

Hace un tiempo hubo un alcalde en nuestra ciudad, que creyendo que la probidad se demostraba con el ahorro de los fondos adjudicados, cada año devolvía parte de los mismos, porque según él en Ovalle no había proyectos que justificaran utilizarlos.

La no aceptación de nuestra identidad mestiza, constituye un grave error que atenta contra la verdad de nuestros orígenes. Es un falacia mantenida por la falsificación histórica o la grave omisión de los antecedentes reales que son fáciles de constatar en cualquier archivo parroquial antiguo, donde las alusiones a nuestros antepasados indígenas en mayor número, y al importante contingente de afrodescendientes, se va entremezclando con el ancestro hispano para finalmente constituir la población chilena.